martes, 20 de octubre de 2015

La importancia de una buena salud emocional en nuestros perros

En mi anterior post en el que hablaba de medicina integrativa apuntaba que hay que tratar a los pacientes como un TODO ya  que todos los sistemas del organismo están relacionados. Por ello como base es importantísimo que nuestro paciente este sano mentalmente. ¿A qué me refiero con esto?

Los animales pueden deprimirse, sufrir ansiedad, padecer fobias o tener problemas de conducta, que les impiden convivir con normalidad en su entorno. Cada perro es un ser único e irrepetible. Su personalidad depende de su carga genética, de las peculiaridades de su raza y del trato y educación que recibe. Ellos también tienen un mundo emocional. Se estresan o entristecen, por lo que, además de velar por su salud física, hay que hacerlo también por su estado anímico.

Es recomendable mantener una comunicación adecuada con el perro como forma de prevenir problemas de conducta y de preservar el bienestar psicológico del animal.
Los perros son muy buenos comunicadores. Como los humanos, a través de su cuerpo y con su voz, transmiten estados de ánimo y emociones: alegría, tristeza,cariño, miedo,enfado, ira o ternura. Si queremos hablar con nuestro perro, es cuestión de observarle y abrir la mente.

El perro nos transmite mucha información, es cuestión de saber ver, oír y observar. Y cuanto más lo hagamos y más tiempo pasemos con nuestro perro, mejor le entenderemos y sabremos descifrar lo mucho que nos cuenta. Los perros utilizan para comunicarse los canales visuales, táctiles, auditivos y olfativos. Las personas también los usamos, pero nuestra principal vía de comunicación es la verbal, sin embargo a través de este canal, el perro recibe menos información. El animal no descifra el significado de las palabras, sino de su entonación, ritmo e intensidad de su tono de voz. Al mismo tiempo, el perro obtiene información de la postura corporal, los gestos o la mirada de quien se intenta comunicar con él.

Para que el perro entienda lo que se le pretende transmitir, debe percibir coherencia entre lo que su dueño le dice con palabras y los gestos, miradas y entonación que utiliza al hablar. Y a la inversa, si queremos saber lo que el perro nos quiere contar, deberemos fijarnos en las señales visuales, auditivas, táctiles y olfativas que nos manda.

Es importante saber identificar las señales de calma. Estas aparecen el el momento en el que un estímulo externo se le presenta al perro y en consecuencia, este debe actuar. Tiene diversas finalidades: prevenir y/o evitar amenazas o conflictos, reducir la excitación, reaccionar ante miedos, ruidos o sucesos inesperados… a través de estas señales también se calman a sí mismos cuando están estresados o inseguros, transmiten calma a sus congéneres, o simplemente tratan de entablar una nueva amistad. (Si queréis más información sobre las señales de calma os aconsejo que os leáis el libro de Turid Rugaas “Calming Signals”.

El comportamiento de los dueños es fundamental para evitar problemas de conducta en el animal, es decir, de ellos depende que el animal esté bien socializado y educado.

El período de socialización del cachorro implica empezar con la educación temprana sobre la 7ª. semana de vida del cachorro alargándose hasta la 16ª. semana (coincidiendo con su período “crítico” de socialización). Es el momento en que el cachorro tiene que aprender más cosas y acostumbrarse a nuevas situaciones, como controlar la agresividad cuando muerde, convivir con
 otros animales o no tener miedo a los ruidos, por ejemplo. Esto es  fundamental para que un perro sea equilibrado.

El problema surge cuando nosotros no hemos estado presentes en el periodo de sociabilización y por tanto, no conocemos esta etapa ni si ha tenido sucesos traumáticos.

En cuanto a las patologías del comportamiento, las más habituales son:

- Las fobias o miedos a situaciones concretas.
- La ansiedad, un trastorno relacionado con la capacidad de comunicación o por incapacidad a adaptarse a situaciones nuevas.
-Agresividad hacia personas u otros perros.

Para que nuestro perro tenga un carácter equilibrado y viva feliz hay que saber cómo es un perro, cuáles son sus necesidades, cómo se siente feliz y cómo conseguir su bienestar y salud.

Una vez que surge un problema de conducta se necesita ayuda profesional, ya que nosotros no somos especialistas y podemos agravar más el problema por no actuar de manera correcta aunque nuestra intención sea buena. Incluso, permitirme un consejo, aún cuando nuestro perro es equilibrado y psicológicamente creemos que está bien, no está de más consultar con un profesional para que nos de información y nos guíe  sobre como hacer todavía más agradable la vida de nuestro perro con su entorno y con los que le rodean. Siempre podemos hacer más! ;)

Fuente: Eroski Consumer

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