lunes, 6 de noviembre de 2017

Cuando el estrés se convierte en algo negativo







“El estrés es uno de los pequeños milagros de la vida. Son la mente y el cuerpo trabajando juntos.” Anders Hallgren

Actualmente el tema del estrés se ha puesto muy de moda y es cierto que este influye de manera importante en la vida de cada individuo, pero se ha creado mucha confusión sobre el concepto de estrés y se tiende a verlo solo como algo patológico.

Hay que diferenciar entre estrés, eustrés y distrés.

  • Estrés: es un conjunto de alteraciones que se producen en el organismo como respuesta física ante determinados estímulos repetidos, como por ejemplo el frío, el miedo, la alegría, etc.

El estrés es una respuesta adaptativa del organismo al recibir una carga extra. Está presente en cada situación, cada acontecimiento, etc. Los cambios más ligeros nos ponen tensos o relajados, en función de lo que se adapte mejor a la situación.

  • Eustrés: o estrés positivo se produce cuando esa carga extra la recibimos como una motivación. 

  • Distrés: o estrés negativo. Ocurre cuando percibimos mayor carga de la que podemos soportar y gestionar.


Cuanto mayor es el estrés y más continuo en el tiempo, mayor es el riesgo de sufrir daños importantes físicos y psicológicos. El cuerpo puede soportar una gran cantidad de estrés, pero tiene límites.

Otro aspecto realmente importante es la recuperación, es decir, el período de descanso que es necesario después de una reacción de gran alcance. Un ser vivo necesita tiempo para recuperarse ya que si esto no ocurre, nuestro cuerpo y mente se agotan. Nuestro organismo ha consumido sus reservas de nutrientes y necesita tiempo para re abastecerse. Los órganos internos han tenido que trabajar muy duro y se han debilitado. Esta recuperación puede durar varios días. Si el estrés continua creciendo y no existe posibilidad de recuperación, el cuerpo se ve perjudicado de manera continua y puede llegar a enfermar.

Es decir, cuando la respuesta natural de nuestro organismo al estrés se mantiene de forma prolongada en el tiempo se llega a una situación clínica a la que se denomina estrés crónico y puede tener importantes consecuencias para la salud física y mental de quien lo sufre.

El estrés crónico en perros genera en el organismo los mismos síntomas que el dolor crónico:

  • Sueño reducido en cantidad y calidad
  • Dolores y lesiones musculares
  • Cambios posturales
  • Cambios en el estado de ánimo (depresión, apatía, irascibilidad…)
  • Aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria
  • Vasoconstricción debido a la contracción de las fibras musculares
  • Disminución del tono gastrointestinal y urinario
  • Aumento del tono simpático 
  • Hipervigilancia ( a estímulos como la luz y el ruido)
  • Aumento de la viscosidad de la sangre
  • Fasciculaciones musculares (contracciones musculares incontrolables)
  • Alteraciones en el sistema inmunitario


Como veis el estrés crónico es tremendamente perjudicial para la salud de nuestros perros. Se empieza afectando a una pequeña parte del organismo y puede terminar por afectarle en su totalidad. Ahora bien, ¿como sé si mi perro está estresado?

Por lo general los perros estresados suelen ser hiperactivos, les cuesta relajarse, muerden cosas, ladran y/o aúllan constantemente, están frenéticos, parece que siempre llevan prisa, tiran de la correa constantemente, reaccionan de forma exagerada ante ciertos estímulos ya sea positiva o negativamente, son muy impacientes, corren alterados  sin ningún motivo y sin rumbo aparente ,etc.

También existen numerosos signos físicos que nos pueden indicar que nuestro perro está demasiado estresado: a menudo sufren problemas gastrointestinales, sus heces casi nunca suelen tener forma, beben y orinan con más frecuencia (puede aparecer el marcaje con orina), lamen alfombras, camas e incluso partes de su cuerpo de forma compulsiva, comen grandes cantidades de hierba cuando salen de paseo, muestran dolores y tensión muscular, etc.

Umbral de estrés

Debemos incidir en que cada animal es un individuo concreto y como tal cada uno puede tener un nivel distinto de tolerancia ante los mismos estímulos. Algunos perros son capaces de gestionar niveles altos de estrés sin llegar a su límite mientras que otros con una pequeña cantidad pueden comenzar a sufrir ansiedad.

Y ¿que puede generar estrés en nuestros perros?

Existen muchos factores estresantes, y como hemos dicho más arriba cada individuo puede tener mayor o menor sensibilidad a estos, pero algunos de los que pueden estar presentes con facilidad en nuestra vida diaria son:

  • Juegos demasiado agitados y rápidos todos los días (ejemplo: jugar con la pelota de manera compulsiva).
  • Sustos repetitivos (ejemplo: ruidos)
  • Espacio de vida limitado
  • Poco ejercicio y poca estimulación mental
  • Relaciones difíciles con algún miembro de la familia
  • Incapacidad de cierto poder de decisión y elección (demasiadas órdenes y autoritarismo en la educación y el adiestramiento de nuestro perro, excesiva contención).
  • Escasez de recursos 
  • Necesidades fisiológicas mal cubiertas, y no solo hablamos de las básicas.

Otros factores estresantes muy importantes son el dolor, la enfermedad, traumas vividos, nutrición, etc.

Como podéis comprobar es muy importante tener  en cuenta toda esta información y es nuestra responsabilidad comenzar a observar con detenimiento a nuestros compañeros de cuatro patas, ante cualquier indicio o simplemente si quieres asegurarte de que tu perro es feliz y tiene una buena salud emocional, te aconsejo que acudas a un buen profesional, que este familiarizado con los mecanismos del estrés y trabaje siempre desde la base , para que evalúe el caso y paute si es necesario un programa de reducción de estrés adecuado a tu perro en concreto.

Es muy importante que la evaluación sea de forma integral, es decir: salud física, aptitud  cognitiva, estado emocional, capacidad de relación con el entorno, etc. Así será más fiable nuestro diagnóstico y posterior tratamiento.

Como combatir el exceso de estrés

Como acabo de decir, hay que evaluar cada caso concreto y adaptar la terapia al paciente, pero te voy a dar dos pautas que os vendrán genial incluso si tu perro está libre de estrés, ya que disfrutareis ambos y mejorará aún más vuestro vínculo ;) :

Juegos de olfato 

Como ya te he contado en muchas ocasiones, el olfato es un sentido que está muy desarrollado en el perro (tienen de 100 a 300 millones de células olfativas frente a los 10-20 millones que tenemos las personas). El uso de este, además de ofrecerles gran información del entorno, les proporciona calma y tranquilidad, por lo que es muy beneficioso en programas de reducción de estrés y ansiedad. 

Hay diferentes tipos de juegos de olfato desde búsqueda de comida como la siembra de premios, escondite de golosinas o el “árbol de las salchichas”, introducción de olores, juegos de escondite, seguimiento de pistas y rastros, etc. 

Es muy importante enseñarle a jugar guiándole inicialmente para que su motivación por el juego aumente e ir incrementando el nivel de dificultad a la vez que vemos progresos en el perro. 

Hacer unos minutos de olfato cada día es excelente para cualquier perro, aún mejor si nuestro amigo padece un exceso de estrés.

Masaje relajante

El masaje relajarte es imprescindible en protocolos de reducción de estrés ya que su máximo objetivo es aumentar la producción de endorfinas, también conocidas como hormonas de la felicidad. Con este tipo de masaje proporcionamos relajación, alivio de tensiones y gran sensación de bienestar general. Podemos complementar las  sesiones de masaje con aromaterapia de fórmulas relajantes y música suave y de relajación. 

Es muy importante controlar nuestro estado de ánimo al hacerlos porque el masaje supone una interacción de energía entre emisor y receptor y lo que sintamos en ese momento es lo que transmitiremos con nuestras manos. 



“Relájate, restaura, libera y renueva” :)



Bibliografía: Estrés, Ansiedad y Agresividad en Perros, Manual de rehabilitación y cuidados paliativos en pequeños animales