sábado, 10 de octubre de 2015

Artrosis en perros y gatos

La artrosis u osteoartritis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones en la que se produce un deterioro progresivo del cartílago articular  y la producción de hueso adicional alrededor de la articulación. Este proceso es doloroso, motivo por el cual algunos  perros y gatos cojean y en general se niegan a hacer ejercicio. Esta enfermedad afecta a las articulaciones móviles, y clínicamente se caracteriza por provocar en ellas la aparición gradual de dolor, hinchazón articular, rigidez y limitación de la movilidad. 

Todo ello puede provocar una reducción de la calidad de vida e impedir que los perros participen plenamente de las actividades diarias, como pasear, subir o bajar escaleras, dificultad al levantarse cuando esta echado, correr o nadar,etc. Interactuan menos con la familia y el entorno y en ocasiones pueden mostrar cambios en el carácter, incluso con actitud agresiva o reservada.

En el caso de los gatos es diferente, el problema radica en que los gatos son maestros en el arte de disimular la presencia de malestar y de no demostrar signos obvios de dolor. No se les saca a pasear como a los perros, sino que son ellos mismos los que restringen su actividad física para minimizar el uso de articulaciones doloridas. Además no suelen mostrar los típicos signos de dolor que vemos en otras especies (como vocalizar), exhibiendo un comportamiento pasivo para “disfrazar” el dolor. Pero sí podemos tener en cuenta ciertos aspectos como puede ser dificultad para subir o bajar de los muebles, dormir en lugares nuevos de más fácil acceso, problemas de "acierto" en la bandeja de la arena, cambios en el acicalamiento, reducción de interacción con el propietarios y falta de tolerancia a ser manejado y cambios en la actividad diaria como puede ser jugar y salir al exterior con menos frecuencia, no cazar ni explorar el entorno con la frecuencia habitual y uñas excesivamente largas por la falta de actividad. 

En España 1 de cada 5 perros sufren artrosis y en el caso de los gatos los estudios hablan que sufren esta enfermedad el 90% de gatos de más de 12 años.

Para su diagnostico es necesario acudir a su veterinario habitual y que realice las pruebas oportunas para poder diagnosticarlo.

El tratamiento de esta enfermedad debe basarse en un tratamiento multimodal: 

- Control del dolor: el paciente entra en un círculo vicioso: le duele y no se mueve, no se mueve y continua la degeneración articular, degenera y le duele aun más...  con los modernos avances de los medicamentos, no hay motivo para que nuestros perros o gatos tengan problemas de movimiento a causa del dolor y el malestar que le provoca la artrosis. Por ello su veterinario valorará el grado de dolor y pautará si es necesario, un analgésico adecuado para este tipo de patologías.

- Otro punto importantísimo es el control de peso,  la obesidad suele ser un problema añadido al paciente con artrosis. En estos casos de se debe establecer un programa de pérdida de peso adecuado para cada paciente de forma individual. 

- Utilización de condroprotectores: en este punto hay variedad de opiniones ya que la evidencia científica es muy variable y depende del producto utilizado. Algunos estudios han demostrado una disminución del grado de dolor mientras que otros apuntan a que frenan el deterioro de la articulación. Sin embargo, como en humana, la evidencia que se desprende de estos estudios no es totalmente convincente. 

- Utilización de ácidos grasos Omega 3: los aceites de pescado ricos en ácidos EPA y DHE son bien conocidos por sus efectos antiinflamatorios, por lo que podría ser un buen complemento nutracéutico. 

- Rehabilitación y fisioterapia: muchas son las técnicas que se incluyen en las terapias para tratar la artrosis y se centran en reducción del dolor con electroestimulación, aplicación de frío y calor superficial, ultrasonidos, láser, masaje,etc. y aumento del rango de movimiento articular, incremento de masa muscular y estimulación del metabolismo del cartílago articular, para ello se combinan ejercicios pasivos (cinesiterapia pasiva, masaje, estiramientos) y activos siempre y cuando el paciente pueda tolerarlos (como por ejemplo circuitos con distintos ejercicios).

Además de los puntos mencionados anteriormente, nosotros en casa podemos hacerles la vida "más fácil":

- El frío y la humedad agravan estos problemas por lo que sería conveniente que nuestros perros y gatos descansen en camas confortables, almohadilladas y en lugares calentitos por ejemplo, cerca de un radiador y lejos de corrientes de aire. En el caso de los gatos las camas tipo "iglú" hacen que se sientan calentitos y seguros.

- Para subir al sillón o camas existen escaleras de quitar y poner para hacerles más fácil el acceso. 

- En el caso de los perros, para subir al coche, también existen rampas preparadas para ayudarles a subir. 

- En el caso de los gatos mantenga la puerta gatera siempre elevada, para que el gato no tenga que empujarla para poder salir o entrar. Tenga siempre una bandeja de arena en el interior de la casa, que sea bajita (o bien corte los laterales de una bandeja alta) para facilitarle el acceso y use arena de grano fino, mas blandita, para  que al usarla los pies doloridos se resientan menos.

- Asegúrese de que la comida y agua se encuentran en lugares accesibles.

- Vuestro fisioterapeuta os puede enseñar como aplicar calor superficial y ejercicios para continuar con la terapia cada día.

- Los gatos necesitan ayuda para acicalarse y tener las uñas de un tamaño adecuado.

Es importante recalcar que muchos propietarios ven todos los síntomas mencionados anteriormente como algo "normal" debido al envejecimiento de su perro o gato. La importancia de hacerles ver que no debe ser "normal" que nuestros compañeros de cuatro patas dejen de moverse por el dolor que sufren marcará la diferencia en su calidad de vida.

Fotografías extraídas de mundoanimalveterinarios y mascotaking


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